Perdonando
a los enemigos
El abad le preguntó a su alumno preferido cómo andaba su progreso espiritual.
El alumno respondió que estaba consiguiendo dedicarle a Dios todos los momentos del día.
-Entonces, ya sólo te falta perdonar a tus enemigos.
El muchacho se quedó desconcertado:
-¡Pero si yo no odio a mis enemigos!
-¿Tú crees que Dios está enfadado contigo?
-¡Claro que no!
-Y de todas maneras tú imploras Su perdón, ¿no es verdad?
Pues haz lo mismo con tus enemigos, aunque no los odies.
El que perdona está lavando y perfumando su propio corazón.
"La vida es un sueño; el despertar es lo que nos mata."
- Virginia Woolf
Gran enseñanzas nos dejas. Gracias. Besossssss
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