Aquellas madres
manipuladoras, egocéntricas, insatisfechas, ... mirando la paja en el ojo ajeno
y no la viga en el propio, no se han suavizado ni una gota con la vejez..., es más potencian
todo.
Cierto que físicamente,
son más vulnerables, tienen achaques, pero conservan intacto su poder de
manipulación.
He observado cómo
este tipo de madres -que aún son dueñas de sus actos-, martirizan y hacen objeto de toda
su autoridad a l@s hij@s
que tratan de ocuparse de
ellas.
No les pidamos
reconocimiento de sus años, ni mucho menos agradecimiento, por no decir el
mínimo gesto de humildad.
Se cree que con la edad
disminuyen los defectos ...¡¡ NO... !! cada un@ se ve exacerbad@ por las miserias propias del paso del
tiempo... y más si nunca se dedicaron a trabajar el SER.
-“Los ancianos se vuelven como niños”...
¡Mentira!
Un niño tiene una vida
por delante, experiencias que adquirir y hay que protegerlo y
educarlo.
Un ancian@ ha
tenido toda una vida llena de oportunidades para aprender,... para programar su
vejez y pensar en ella, oportunidad que no tuvieron aquell@s que murieron
jóvenes.
Si no lo ha hecho...
¡ esa fue su elección !.
Veo, en mi suegra, a
una madre que hace cargar a l@s hij@s, con la responsabilidad
de su bienestar, escudándose en
su ancianidad - que niega - para comportarse de forma déspota, caprichosa, y
hacer sentir culpables... a todo aquel o aquella que la contradiga.
No
olvidemos esto:
NADIE tiene NUNCA la
llave del bienestar del otr@.
Todo esto tenemos que
encontrarlo dentro de nuestro SER, no afuera.
Por lo tanto aquella
madre difícil, a la que íbamos soportando a duras penas ahora empieza a
depender de nosotr@s, sin por ello hacerse más humilde, ni más
comprensiva.
Y nos llega con una
edad en la que la vida ya nos ha vapuleado en muchos terrenos, es decir ... Nos encuentra bien
Grandes... casi viej@s,
donde hemos logrado
EDUCARNOS, para enfrentar ...¡pon
fin! y con mucha dificultad a nuestros fantasmas, y ahora…¿ batallar con los fantasmas de
alguien que brilló en soberbia y NEGACIONES...?
Ahora que hemos
aprendido que es bueno querernos, mimarnos y dedicarnos a un@ … ahí sigue
estando nuestra madre o suegra longeva, no para ayudarnos con su sabiduría y experiencia sino para
recordarnos que todo lo que hemos descubierto sobre la vida, la autoestima y la
reivindicación, tenemos que olvidarlo, para dedicarnos en cuerpo y alma a lo
más sagrado: cuidar de ella.
Por otro lado sentimos
que el tiempo se nos escapa, la
vejez nos espera a la vuelta de la esquina.
Sólo tenemos dos
salidas.
Una, dejar que ella se
ocupe de sus cosas- con una acompañante día y noche - aunque veamos que sus
decisiones son desastrosas,
ya que no admite ayudas
ni sugerencias ni consejos... o ... Seamos sincer@s... un geriátrico es lo adecuado.
Ésta es una salida
válida y legítima.
Tenemos que comprender y
asimilar desde dentro que el hecho de ser anciana, ( si llegamos ) ...
no da derecho a adueñarse de los
tiempos de nadie, y mucho menos de la vida.
Besos y abrazos
Marga.
Envejecer es como escalar
una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más
libre, la vista más amplia y serena.
Ingmar
Bergman