Por mucho que me invada la
nostalgia,
ya no soy tan
impaciente...
Cuando la imaginación traspasa las
fronteras
en una insolente competencia, es el
momento de reiniciar la mente,
de pensar en la luz, de encontrar
alegría en lo más sencillo.
No sé si soy valiente o
cobarde.
Las cosas son así como impulsos y
de forma inocente me detengo a analizar...
Con firmeza, con energía y con la
fuerza increíble del día a día,
que invita a una nueva aventura, a
un nuevo desafío...
donde la elegancia del SER es sólo
SER.
Besos en cada mejilla,
Marga.
Todo lo que de los demás nos
irrita, puede contribuir a que nos comprendamos mejor a nosotros
mismos.
Carl G. Jung.
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