La conciencia libera al ser humano del riesgo de actuar
guiado por su capricho ayudando a descubrir los valores que conducen al bien.
Y no vale excusarse con que no nos han educado debidamente,
o con que no sabemos discernir lo que nos dicta nuestro SER.
Estamos obligados a formarnos una conciencia madura,
no influida por la opinión de las mayorías o por los dictados de las modas y los medios de comunicación.
Educar consiste en orientar nuestros actos hacia la responsabilidad y la rectitud.
Besos Marga con amor.
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