En nuestra
cultura ser lento es sinónimo de ser torpe, “tont@” o
inútil... ¡tortuga !
Se impone la
rapidez y la impaciencia,
todo tiene que
estar disponible “al momento”.
Observando
el día a día de nuestras ciudades vemos,
una vorágine
de gente corriendo desesperadamente de un lugar a otro.
¿Qué nos pasa?
¿Somos más
felices con ese modo de vivir?
¿Somos más
eficaces?
Nos quejamos
de las corridas, pero caminamos todos y todas a ese ritmo
frenético.
¿Es una
condición de la vida moderna o algo imposible de cambiar?
¿Nos ayuda
a SER más personas?
HOY... voy a
andar al ritmo de una tortuga...
para
afrontar la realidad de otra manera.
¿No les parece
?
Besos en las
mejillas Marga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario