El humor es un acto de
elegancia...,
si falta esa posibilidad de reírse
de quienes nos sensuran, manipulan, ...
empieza la imposibilidad de
vivir.
La risa y la sonrisa contagian porque son transmisibles.
La amargura, la depresión, el
lamento, no producen buenos resultados debilitan.
En cambio el humor reordena las
emociones y desdramatiza.
Riamos y sonriamos:
estaremos mejor entrenados para
combatir las hipocresías.
No hay que reírse de todo ... todo y
todo... hay momentos en que es necesario un poco de seriedad.
La
risa enseña a ver lo positivo y se consiguen mejores resultados para todo y con
todos y todas.
HOY...
quiero una mirada
profunda acompañada de una caricia.
No quiero
más compañías pasajeras,
¡
quiero presencias !.
Quiero, lo más sencillo de dar:
afecto, dulzura, presencia y Amor.
HOY... confío
en que la vida conspira a mi favor...
Besos
en las mejillas Marga.
Reírse de todo o llorar por nada:
los extremos están mal.
Si algo es doloroso hay que llorar
si es alegre reír los extremos son actos de inmadurez.
Reírse de todo es propio de tontos
pero no reírse de nada es propio de estúpidos.
Erasmo de
Roterdam.
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