Podemos creer o no en las casualidades...
Dejar espacio a lo imprevisto, a
lo improbable y a lo mágico, reconforta.
Sin embargo, es necesario asumir que las “rarezas” existen y nos determinan en muchos
casos.
Puesto que la vida es un
aprendizaje continuo debemos permitirnos ser humildes para entender que una
acción, siempre trae asociada una consecuencia.
Que las palabras tienen el poder de
herir o sanar.
Cada pensamiento genera un tipo de emoción y puede ayudarnos
a ver el mundo de un modo u otro.
Cada acción, pensamiento o intención es como un
boomerang...
Tarde
o temprano, esa palabra lanzada al azar, vuelve sobre un@ con un efecto
determinado.
Besos en las mejillas,
Marga.
“Si quieres conocer tu presente
mira tu pasado:
porque ese es el resultado.
Ahora bien, si quieres conocer tu
futuro atiende tu presente,
porque ahí estará la causa”.
Buda
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